A lo largo de nuestra trayectoria, hemos acompañado a nuestros asociados, en su indispensable aportación al mapa energético de nuestro país, y en su contribución al desarrollo social y económico, especialmente en las zonas rurales. Un trabajo clave, que los pequeños distribuidores siguen realizando desde la cercanía y bajo los más exigentes estándares de calidad.
El objetivo de CIDE se ha centrado en dar visibilidad y apoyo a esta labor y, paso a paso, hemos conseguido poner en valor su actividad posicionándonos como un actor clave en el transcendente momento actual. Afrontamos un proceso de transición de amplio calado y, ahora más que nunca, los pequeños distribuidores estamos llamados a desempeñar y anticipar los retos futuros, erigiéndonos ante la sociedad como agentes relevantes en cuestiones esenciales como la despoblación, la transición ecológica o la digitalización. Retos colectivos en los que CIDE quiere seguir siendo un referente de unión y confianza para todos.